Mi querido viejo

Hoy quiero elevar una palabra que conmemorar un ser hermoso, fuente de mi inspiración, mi creatividad, es el amor que guardo para los otros, es la fuerza y la fe en el mañana.
Es mi PADRE, mi querido viejo...
En sus pantuflas jugaba y encontraba miles de lugares imaginarios donde mi espíritu volaba libre y era feliz con su amor y ternura.
Aunque tú genio era recio siempre eras y seguirás siendo ejemplo a seguir por ser un excelente docente y profesional.
En la playa más hermosa se encuentran tus huellas que poco a poco se lleva el mar y que espera el recuentro de la familia. Mi madre te ama y te amará siempre, tomados de la mano y con un beso eterno en un reencuentro infinito en sueños. Mi hermano como tú viva imagen hace parte de los nuevos otros que se preocupan por la humanidad y lo entregan todo en turnos que duran un siglo.
Hoy en estos momentos convulsionados me siento en paz con el mundo por que tengo el legado de su lucha, creatividad y amor.
Gracias por tú amor, mi Madre, mi Hermano y yo, te amamos hoy y siempre.



Querido Dios, Tu luz brilla en mi corazón, aliviándome y limpiando cualquier negatividad de mis pensamientos. Con Tu luz siento más Tu paz, y según brilla más y más en mi corazón, siento seguridad bajo Tu cuidado amoroso.

Tu luz es mi constante compañía. Al permitir que brille en mí y a través de mí; siento serenidad y fortaleza. Con gratitud por Tu luz, puedo seguir adelante con confianza.

Descanso ahora...
tranquilo y seguro...
en Tu presencia de luz...